ASENSIO, Dr. D. Joaquín Torres
Fuentes Historicas sobre Colón y América, Pedro Martir Angleria, Tomo I, Madrid, Imp. de la S. E. de San Francisco de Sales, Calle de la Flor Baja, núm. 22, 1892, pp. XXVII a XLI.
«PRÓLOGO
(...)
XXVIII
(D. Fernando II de Aragão)
IV
Sumario: 1. Patria y primeros años del autor.— 2. De Mi-
lán á Roma, y de Roma á España. —3. Prefiere la mili-
cia.—4. Sacerdote y maestro en la Corte. —5. Embaja-
dor.—6. Otros cargos.—7. Su muerte.
(D. Isabel I de Castela)
Hora es ya de que digamos algo
acerca de D. Pedro Mártir y de
sus escritos. Este ilustre escritor
nació en Arona , á orilla del Lago Mayor,
aunque su familia tenía la residencia fija
en Milán, por lo que él firmaba Mediola-
nensis. En su carta XVII, fecha en 1488,
dice á Fray Hernando de Talavera, en-
tonces obispo de Ávila, que tiene vein-
tinueve años; por consiguiente nacería
en 1459, si bien de otros datos resulta al-
guna divergencia y parece que nació el
2 de Febrero de 1457, ó mucho más pro-
bablemente de 1455.
Es un error suponerle nacido en En-
guera, pues Angleria no es apellido to-
mado de la patria, sino gentilicio, de lina-
je, como él lo explica en su carta CCXLVIII,
donde habla de su antiquísima y nobilísi-
ma prosapia, y de cómo el casi regio lina-
je Angleria vino á menos. Angleria se lla-
ma él también en el testamento escrito en
castellano, sin que obste á la certidumbre
de este apellido el que allí mismo nom-
bre á sus dos hermanos Jorge y Juan Bau-//
(in Rimado de la Conquista de Granada, o Cancionero de Pedro Marcuello)
XXIX
// tista de Anguera. En el tiempo de nues-
tro escritor su familia contaba con pocos
recursos, como se ve por sus cartas, en
que se muestra muy agradecido á la casa
condal de los Borromeos, protectora de
sus parientes.
Corriendo los años de su juventud en
aquella época en que el Renacimiento im-
primía en Italia maravillosa actividad
á los espíritus, aunque no siempre sana
dirección, y dotado Pedro Mártir de una
de esas almas que no caben en el cuerpo,
se formó rápidamente en las letras clási-
cas y dio gallarda muestra de su ingenio
y de su numen poético.
2. Hacia el año 1477 pasó á Roma, y
ya mereció trabar relaciones de amistad
con altos personajes, en particular con
el cardenal Ascanio Sforcia. Mucho de-
bía de llamar la atención en la Ciudad
Eterna cuando, no obstante sus pocos
años y lo escaso de sus recursos, se pudo
ganar igualmente la estimación de D. íñi-
go de Mendoza, embajador de los Reyes
Católicos, con el cual se vino á España
en 1487. Aunque el diplomático español
se gozaría en traerse consigo al insigne
literato, en cuya juventud fundaría pa-
trióticas esperanzas, consta que el céle-
bre conde de Tendilla, como hombre ex-
perimentado, le disuadía, y Pedro Mártir
le escribía más tarde, acá en España, casi
palabra por palabra, el discurso con que//
(Granada)
XXX
// en Roma puso á prueba la decisión del
ardiente joven italiano.
También le disuadía de venir á España
el cardenal Sforcia, y otros se lo afeaban;
lo que le dió ocasión de explicar las ra-
zones que le movieron á cambiar de pa-
tria. Dice él que le daban pena las divi-
siones que devoraban á Italia y esteriliza-
ban toda propensión generosa; que Espa-
ña le llamaba la atención por la unidad,
engrandecimiento, fecunda actividad y
grandes hazañas que llevaba á cabo bajo
los Reyes Católicos, y que muy particu-
larmente le seducía la idea de tomar parte
en la campaña contra los moros, cuyo
anuncio escribe él que sonaba en sus
oídos cual trompeta. Á algunos amigos im-
portunos respondía que no merecía com-
pasión, sino envidia.
3. El conde de Tendilla lo presentó á
la Corte en Zaragoza. Doña Isabel conci-
bió deseo de que el ilustrado joven italiano
se encargara de enseñar á los caballeros
de su Corte: se lo indicó por medio de Fray
Hernando de Talavera; pero Angleria
respondió que por entonces prefería ser
soldado contra los moros. Acaso le enga-
ñaba el juvenil ardor, y tenía más aptitud
para el reposado culto de Minerva que no
para el de Marte. No se sabe que se distin-
guiera como soldado: en el campamento
de Baza se excusa de escribir cartas por-
que le gusta más manejar la lanza que no//
(Bayazid II - Sultão Otomano)
XXXI
// la pluma; otra vez escribe que ha estado
en una expedición para impedir que se
sublevaran los moros sojuzgados de Baza,
Guadix y Almería; pero, á pesar de estos
alardes marciales, no le ganó el nombre
al Gran Capitán.
Y fué mejor así, que en el otro caso
probablemente no tendríamos los precio-
sos libros que nos ha dejado. Siguió, pues,
toda la campaña de la reconquista de
Granada hasta su feliz terminación. La
colección de las cartas suyas que se con-
servan es casi un diario de operaciones,
ya que, por desgracia, no se sepa que
llegara á escribir el que prometía con el
título de Diales Castrenses.
4. Cuando terminó la gran epopeya
de la reconquista con la toma de Granada,
Pedro Mártir Angleria fué nombrado ca-
nónigo de la restablecida Iglesia metro-
politana, y bajo la dirección del arzobis-
poTalavera, cuya santidad pondera en
ocasión y en otras varias, se prepa-
ró á ordenarse de sacerdote. Pronto su
espíritu, acostumbrado al movimiento de
la Corte, sintió la nostalgia de una vida
tan diferente de la pasada, y pronto tam-
bién fué llamado á tomar parte en los más
graves negocios públicos y encargado de
educar á los hijos de los cortesanos, for-
mando una escuela ambulante de donde
salieron no pocos de los grandes hombres
de nuestro gran siglo XVI.//
XXXII
// 5. En 1501 , el Gran Sultán Bayaceto,
hijo del conquistador de Constantinopla.
soliviantado por los judíos, herejes, mo-
ros y moriscos que fueron de acá, ame-
nazaba acabar con los cristianos de sus
vastísimos estados y con los monumen-
tos sagrados de la Tierra Santa, en ven-
ganza de la toma de Granada y de la
felonía que los fugitivos conspiradores le
hicieron creer habían cometido los Reyes
Católicos contra ellos. Entonces D. Fer-
nando llamó á Pedro Mártir Angleria
y le envió embajador al Sultán: lo que
dio ocasión al canónigo de Granada de
mostrar excepcionales condiciones de di-
plomático, y probablemente de prestar á
la civilización europea uno de los servi-
cios de más valor que se puedan pensar.
El felicísimo resultado de la embajada
aquilató el mérito de Pedro Mártir, que
después fué designado varias veces para
otras comisiones análogas, como en 1497 á
Hungría sobre asuntos delicados; en 1506
á verse con D. Felipe para arreglar las
diferencias que tenía con su suegro, Don
Fernando el Católico; y en 1518 lo qui-
sieron enviar otra vez al sultán Selím,
pero por su avanzada edad y sus acha-
ques no fué.
En 1523 Adriano VI le dio el arcipres-
tazgo de Ocaña, y en 1524 Carlos V le
propuso á la Santa Sede para la Abadía
episcopal de Sevilla de Jamaica; pero//
XXXIII
// aunque habla con fruición de su esposa
Jamaica, y envió allá á su familiar Agui-
niga, y formó generosos planes, y sóbre la
puerta de la iglesia de Sevilla de Jamaica
se leía una inscripción de que el templo
había sido restaurado á expensas del Abad
Pedro Mártir de Angleria, que lo cons-
truyó de piedra labrada y ladrillo cuando
se quemó el antiguo, que era de madera;
pero es lo cierto que él no fué á Jamaica
ni llegó á ponerse la mitra.
6. Por su parte, la Corte de España
no se olvidó de conceder á Pedro Mártir
Angleria honores y provechos. Ya en
1488 escribe él que la Reina le ha seña-
lado renta y agregádole á su Corte.
Con fecha 2 de Octubre de 1492 le expi-
dieron este formal nombramiento de Con-
tino. « Nos el Rey é la Reina facemos sa-
ber á vos los nuestros Contadores que es
nuestra merced é voluntad de tomar por
Contino de nuestra casa á Pedro Mártir,
orador, é que haya é tenga de nos de
ración é quitación, en cada un año por-
que nos sirva continuamente, 30.000 ma-
ravedís.» En términos casi iguales le
nombró Doña Isabel « maestro de los ca-
balleros de mi Corte en las artes libera-
les », ron renta de 30.000 maravedís, y
en este documento ya le llama « mi cape-
llán » ( 15 Die. de 1502); y el 5 de Marzo
de 1520 fué nombrado cronista de Su Majestad
con renta anual de 80.000 marave- //
(Alhambra - Granada)
XXXIV
// dís, llamándole « el protonotario Pedro
Mártir, del nuestro Consejo » 1.
7. Por cédula real dada en Granada
á 7 de Diciembre de 1526 se mandó que
se le pagara al testamentario de Pedro
Mártir su renta anual completa, «no em-
bargante que falleció el mes de Octubre
deste año... porque « los bienes que dejó
no bastan para cumplir los cargos de su
ánima » y «acatando lo que el dicho Pe-
dro Mártir nos sirvió».
No se infiera de aquí que el ilustre
historiador corriera la suerte de muchos
sabios y grandes hombres. Él mismo
dice que solía gastar con largueza; su
amigo Lucio Marineo nos describe los
ricos objetos que tenía en su habitación,
y el testamento que otorgó en Granada á
23 de Septiembre de 1526 es prueba ma-
nifiesta de su situación desahogada.
Por fortuna se conserva tan curioso
documento en el Archivo de Simancas, y
se ha publicado en la citada Colección.
El testamento de D. Pedro Mártir Angle-
ria acredita que era hombre de recta y
delicada conciencia, piadoso y agradeci-
do. Con razón dice Pedraza 2 que «murió
con gran opinión de virtud y letras, y el
________
1 Estos documentos se conservan en el Archivo de
Simancas, y han sido publicados en la Colección de do-
cumentos inéditos para la Historia de España, to-
mo XXXIX, pág. 399.
2 Pedraza, Historia eclesiástica de Granada, parte
cuarta, cap. XLIV.//
(Alhambra - Granada)
XXXV
// Cabildo le construyó decorosa sepultura
en el sagrario de su iglesia donde en-
tonces estaba la catedral , honrando su
memoria con honorífico epitafio latino 1.
Para muestra de su habla castellana y
de la buena índole del testador, pongo al
pie alguna cláusula de su largo testamento
2.
__________
1 Rerum aetate nostra gestarum, et novi Orbis ig-
noti hactenns illustratori, Petro Martyri Mediolanen-
si, Caesar eo Senatori: qui, patria relicta , bello Grana-
tensi miles interfuit: mox urbe capta, primum Canóni-
co, deinde Priori Sanctae huius Ecclesiae. Decanus, et
capitulum charissimo Collegae, possuere sepulcrum.
Auno M.D.XXVI.
2 «...Sea con nos la Santísima Trinidad, Padre, Hijo é
Spíritu Santo. Sea también la bendita Virgen María
con todos los Santos. Yo, el protonotario Pedro Mártir
de Angleria, del Consejo de Su Majestad, natural de Mi-
lán, nacido en la villa de Arona, que es en la ribera de
Lago Verbano, el cual por su grandeza se dice Lago
Mayor, conociendo cuan flaca sea la vida humana, cuánd
peligroso el descuido si alguno muriese sin ordenar su
testamento, de donde suele nacer escándalos que agra-
vian las ánimas de los defuntos, lo cual es contra la vo-
luntad de Dios, conforme á su sentencia, Ay del hombre
por cuya causa viene escándalo, determiné ordenar
este mi testamento en lengua castellana, porque si Dios
Nuestro Señor fuese servido de me llamar en estas par-
tes, pueda ser mejor entendida mi última voluntad de
todos. Estando en mi seso entero, cual Dios me lo dió, y
estando sano de mi cuerpo conforme al tenor de mi edad,
quiero manifestar mi voluntad sobre aquellas cosas que
sean de mayor momento, determino comenzar.
Lo primero, desde agora ante todas cosas ofrezco y
doy la mi ánima á su Criador, al cual suplico que, al tiem-
po que le plega sacarla desta cárcel corporal, la quiera
llevar mezclada con sus santos á la silla de su eterna glo-
ria, siendo intercesora la Virgen Santa María con todos
los otros santos.
Iten doy y ofrezco mi cuerpo á la tierra de donde fué
criado, y mando que sea sepultado en la iglesia mayor
desta cibdad de Granada, en el lugar que está señalado //
(Opus Epistolarum - Pedro Mártir de Angleria)
XXXVI
// (...)
por los señores Deán y Cabildo della, segund que entre
sus mercedes é mí está asentado..............................
„Item mando á la sacristanía de la dicha iglesia may-
or desta cibdad, donde mi cuerpo ha de ser sepultado,
los ornamentos con que yo celebro. Y porque yo hice
este dicho ornamento de una ropa que me dio el grand
Soldán de Babilonia, cuando yo fui por embajador á él
inviado por los Católicos Reyes de gloriosa memoria
D. Fernando y Doña Isabel, y querría que durase lo más
que fuese posible á causa de la memoria de tan santa
obra como se hizo en mi embajada, que fué redemir que
el gran Soldán no tornase moros por fuerza ó ficiese mo-
rir con tormentos á los cristianos que estaban dentro de
sus señoríos, y á los flayres de Iherusalem, por tanto
quiero que este mi ornamento no se use más de las once
fiestas de Nuestra Señora que hay en el año, en las cuales
dichas fiestas se ha de decir misa en el altar que se hiciere
sobre mi sepoltura, segund adelante se dirá.» //
(Assinatura - Pedro Mártir de Angleria)
XXXIX
(...)
4. Las obras que nos ha dejado, son:
1.º Opus Epistolarum. 2.° De Orbe novo
Decades octo. 3.° Legationis Babylonicae
libri tres. 4.º Poemata. Parece seguro
que no llegó á escribir el Diario de la
guerra de Granada; que prometía con el
nombre de Diales Castrenses, ni hay
tampoco noticia de los Anales, que pare-
ce había escrito. En un libro viejo 1 he
leído que escribió el biaje de Magalanes,
lo mandó á Roma para que se imprimiera,
________
1 Navigalioni et viagii... Venetia , 1550, pág. 373. //
(Elogia - Paulo Jovio)
XL
// y que pereció el manuscrito en el saco de
la ciudad papal. Verdad será; mas por lo
visto, el autor se quedó con otra copia ó
borrador, y podemos leerlo en la Década
quinta, cuyo largo capítulo séptimo se
titula : De orbe ambito, que es : De la
vuelta al mundo, y no trata de otra cosa.
El Opus Epistolarum es una colección
de ochocientas trece cartas suyas, escri-
tas á los más distinguidos personajes de
su tiempo, inclusos los Papas León X y
Adriano VI. Son la mayor parte históri-
cas de los importantísimos acontecimien-
tos de su tiempo, y algunas filosóficas,
morales, de pésame, de parabién, etcé-
tera, etc. Por ellas se echa de ver cuanto
se sabía, se hacía y se pensaba en la Corte
prepotente de nuestros Reyes, y los gran-
des acontecimientos exteriores en que
tanta intervención tenía España; consti-
tuyen un arsenal, un verdadero tesoro
histórico de aquel interesantísimo perío-
do, que abarca desde 1487 hasta 1526.
Dotado de admirable actividad para
investigar; atento observador y conoce-
dor de sucesos y personas; colocado en
la mejor posición para saber lo público y
lo secreto; relacionado con los principa-
les personajes de Europa y de América,
y tomando parte activa en los negocios
más importantes de su tiempo, sus car-
tas, sin constituir una historia seguida,
ordenada y completa, son una fuente //
(«Pedro Mártir de Angleria», Elogia - Paulo Jovio)
XLI
// histórica fresca, abundosa y sana, tal
vez la más rica que se conoce.
Y claro es que en esa colección que
ha conservado para la Historia ochocien-
tas trece cartas, no están todas las que
escribió; yo mismo tengo copia literal
de dos dirigidas al Cabildo de Granada
que posee los originales, y no son de las
publicadas. De ellas he tomado este fac-
símil de su firma :
(...)»
(Escudo de Granada)
Eduardo Albuquerque